Al final voy a encontrar
divertido esto de crear un blog. La verdad es que me da pánico, parecerá
extraño, pero cada vez que la máquina me
envía un mensaje dándome la opción de avanzar, retroceder, entrar en otra
página… siento la necesidad imperiosa de decir que no y salir corriendo. Estoy
convencida de que si me equivoco va a desaparecer todo, pero no solo los
contenidos, estoy convencida de que
desaparecerá hasta la funda del portátil. A pesar de todo yo insisto y cuando una
página o un programa se me dá bien, la desgasto a fuerza de usarla, como la
Jurado con el amor.
Igual es que los de mi quinta (nací
en el 55, la mejor cosecha de Borgoña del siglo) hemos llegado tarde (o
demasiado temprano, según se mire) a este mundo de las tecnologías de la
comunicación o igual soy tan racional que rechazo lo que no entiendo y lo mismo
que me da pánico volar porque soy incapaz de entender porque vuelan los
aviones, me da pánico meterme en unos berenjenales que no tengo la más remota
idea de como funcionan. A pesar de mis miedos he cruzado 3 veces el Atlántico
en avión y estoy dispuesta a ser una blogera de pro. Los resultados ya se irán
viendo, por lo pronto conozco varios países Sudamericanos y sigo aquí.
POR MªROSARIO ORTUÑO/
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