La comunicación interna es la herramienta
para conseguir dar coherencia a la institución/empresa, para darle coherencia
al proyecto que esta empresa o institución tiene entre manos. Esta es la
conclusión que extraigo después de haber reflexionado sobre la necesidad,
utilidad y finalidad de la comunicación en el seno interno de la empresa.
¿Cómo y por qué?
El motivo principal bajo mi punto de
vista es que sin una escucha activa y horizontal, difícilmente podrá una
empresa generar en los empleados ese sentimiento de pertenencia a la empresa.
Un sentimiento que se traduce en resultados positivos para la empresa: mejor
clima laboral, mayor rendimiento, nuevas ideas, encontrar los márgenes de
mejora, incremento de producción y de calidad…
En este sentido, Pablo Gonzalo Molina en
su artículo ‘Utilidad de la comunicación interna para directivos’ se refiere a
que la comunicación interna puede aplicarse en tres ámbitos de influencia sobre
los empleados. Y uno de ellos es el “compromiso”, que en definitiva, según
señala más adelante, implica un “cambio cultural”, actuaciones “que alteran los
roles funcionariales”.
Esto es, que se abandone la estructura
estática, jerárquica y vertical de las empresas para que los empleados sean
emisores implicados directamente en la consecución de resultados. Es decir, el
empleado es parte imprescindible en el desarrollo del proyecto empresarial, no
solo por la función particular que tiene encomendada sino también, porque desde
su parcela y con su visión y experiencia, mejora indudablemente el propio
proyecto. Según el propio Pablo Gonzalo
“empleados responsabilizados de los resultados de su trabajo, implicados en la
mejora de la calidad y dispuestos no sólo a cambiar, sino también a liderar
ellos mismos los cambios en su propio ámbito de responsabilidad”.
Bien, pero ¿cómo incorporan la
comunicación interna las empresas? Pues hasta ahora, según mi experiencia, la
comunicación interna se ha basado en la utilización de canales informativos, en
la transmisión unidireccional de información vía correo electrónico,
circulares,.. o en la convocatoria de reuniones cara a cara en las que,
generalmente, el resultado no es un diálogo o conversación, sino una exposición
de los objetivos de la empresa. Esto ha de cambiar. Pasar del storytelling al
storydoing, como plantea el post de Cristina Horcajada en el blog del Curso.
En
este sentido, considero que Internet y las herramientas que nos ofrece hoy en
día son la oportunidad ideal para que las empresas puedan desarrollarse y crecer.
Tras 16 años de vida, Internet es la vía y la clave. No sólo por las
oportunidades sino también porque, tal y como señala Teresa García, Consejera
Delegada de Ketchum SEIS Public Relations,
en el artículo ‘El Dircom 2.0: Cómo adaptarse a
la nueva Sociedad Digital’, “los avances científicos y técnicos condicionan más
que nunca la vida”. Y las empresas no pueden permanecer ajenas a ello. Ha
cambiado, por tanto, la forma de relacionarnos y de expresar lo que pensamos.
En
esta línea, utilizar las oportunidades de Internet para mejorar la comunicación
interna de nuestra empresa es clave.
Para
quien tenga todavía dudas, en este enlace podréis encontrar algunos datos del
uso de las Redes Sociales en España. Es una recopilación de datos, actualizado a
enero de 2011, que refleja el cambio cultural de la sociedad desde que
apareciera Internet en 1999. Datos como que:
- el 63% de los usuarios recomienda productos a través de Twitter en España,
- el 61% comparte sus quejas sobre productos/ servicios;
- las empresas que usan social media sobrepasan a la competencia en ingresos y beneficios o
- el 67% de la recaudación de Obama fue Online.
Hechos, en definitiva, que ejemplifican que el impacto del uso de
las Redes Sociales por parte de las empresas impacta directamente en los
resultados.
Por tanto,
para dar coherencia al proyecto institucional es indispensable que exista
comunicación interna y ésta ha de usar las redes sociales. Dentro de toda la
gama de redes sociales existentes en la actualidad, el blog quizá sea la
herramienta más apropiada para que una empresa comience a desarrollar la
comunicación interna.
El blog
permite y se nutre no sólo de post, sino también de comentarios. Es un espacio
más participativo que la web, por lo que te permite ir aportando información y
que ésta sea comentada o enriquecida. Se convierte por tanto en un espacio
online para conversar (escucha activa).
En el
contexto actual, una empresa debe caminar hacia la incorporación de redes
sociales como el blog para avanzar, ya que le permiten llegar al público objeto
al que se dirigen la mayoría de sus estrategias, es decir, a la persona, bien
sea cliente si hablamos de comunicación externa, o empleado, si nos centramos
en la comunicación interna. Esto viene
siendo así desde el nacimiento de Internet. Así se recoge de hecho en el Manual
de uso del Blog en la empresa, donde Internet se plantea como el “ágora donde
se está mintiendo la gran conversación”. En este mismo documento, en el
capítulo 7, se recogen además las ventajas del blog a la comunicación interna.
Algunas de las ‘bondades’ a las que hace alusión son la mayor accesibilidad a
la información, mayor transparencia (todo el mundo puede acceder a los
contenidos), mayor comunicación cara a cara (comunicación más fluida) y
reducción de costes.
Para ello
es importante que los propios directivos que impulsen las estrategias de
comunicación interna no sólo dominen el medio sino que se lo crean. Sin una
apuesta firme y seria, simplemente estaríamos hablando de buenas intenciones.
Hacen
falta recursos, facilidades en los puestos de trabajo, … tener un plan.
Una buena
estrategia de comunicación interna ha de tener objetivos claros y una memoria
de recursos para desarrollarlos: sobre quién o quiénes va a recaer la creación
de contenidos, cómo se recogerán las aportaciones, en qué horario se genera el
contenido, con qué medios técnicos, si el desarrollo de estas funciones será o
no recompensando de alguna forma por parte de la empresa, …
Hay que
partir de un análisis de la situación de la empresa para conocer las
debilidades, las oportunidades, las fortalezas y las amenazas. En base a ello,
establecer los objetivos que perseguimos y también, elaborar la memoria de
necesidades que implican todo ello. Por último, la empresa tiene que prever
también alguna fórmula de evaluación de resultados. Esto es, conocer si las
acciones que estamos desarrollando son o no las adecuadas.
En mi
opinión, partiendo de esta base nuestro proyecto puede empezar a sumar todas
las palabras clave que nos propongamos: creatividad, diversión, aprendizaje,
interesante, trabajo en equipo, innovación,…
Atendiendo
a las dificultades económicas, físicas… que una empresa puede tener en un
contexto socioeconómico como el actual, la no utilización de las redes sociales
para la comunicación interna en el seno de la misma sólo pueden explicarse,
bajo mi punto de vista, por un motivo: el miedo.
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