Hablar de comunicación es
hablar de relaciones personales. No puede existir una relación sin comunicación,
sea del tipo que sea, y cuánto más
fluida sea ésta, más fluida será la relación pues dará la posibilidad de tener
“feed-back” entre las personas que se relacionan.
No cabe duda que el epicentro
de nuestro sistema sanitario son las
personas, tanto los usuarios que acuden a él como los profesionales que lo
conforman. Por tanto para que este sistema funcione y funcione bien es
imprescindible que la comunicación que
fluya en ambos sectores y entre ellos sea veraz, concisa y a la vez fluida.
Sin lugar a duda todos estos
propósitos sólo podremos llevarlos a cabo mediante un buen plan de comunicación
que pasa, sin lugar a duda, por la apuesta de uso de las nuevas tecnologías.
Nadie en la actualidad entiende un hospital sin unos sistemas de información
actualizados, igual que no se entiende un hospital donde las nuevas técnicas
médicas no vayan introduciéndose. ¿Podríamos imaginarnos cómo consultar un
paciente ingresado sin ordenador? ¿Realizar las nóminas del personal? ¿No dar
citas mediante el programa informático corporativo del SSPA, DIRAYA?, esto a nivel de usuarios, pero a
nivel interno ¿mandar la información masiva vía papel de uno en uno a todos los
profesionales, en lugar de por correo electrónico?.
Mirando atrás y a pesar de que seguimos quejándonos de algunos profesionales reticentes a la innovación en el uso de las nuevas tecnologías, bien es verdad que actualmente han sido la mayoría de ellos los que se han subido al carro y las utilizan ya de forma habitual y con normalidad. Especialmente, bajo mi punto de vista, es el personal de enfermería el que ha sido el que más esfuerzo ha hecho a la hora de adaptar sus fórmulas de trabajo, así como posteriormente los facultativos. No hace tanto que ninguna enfermera/o o auxiliar de enfermería, por ejemplo, utilizaba terminales para citar o buscar datos en terminales informáticos. La utilización de la historia digitalizada no tiene marcha atrás. Creo que todos los profesionales están convencidos de ello y que en un tiempo relativamente corto vemos como las historias van quedando registradas digitalmente. Salvo que este proceso sufra un parón imprevisto, estamos cerca de conseguir un sistema sanitario sin papeles. Las peticiones de pruebas diagnósticas vía telemática empiezan a ser una realidad. Ya se ha conseguido la visualización de pruebas radiológicas sin necesidad de imprimirlas lo que ha conllevado a un ahorro de materiales, así como una mejora en el cuidado el medio ambiente.
Mirando atrás y a pesar de que seguimos quejándonos de algunos profesionales reticentes a la innovación en el uso de las nuevas tecnologías, bien es verdad que actualmente han sido la mayoría de ellos los que se han subido al carro y las utilizan ya de forma habitual y con normalidad. Especialmente, bajo mi punto de vista, es el personal de enfermería el que ha sido el que más esfuerzo ha hecho a la hora de adaptar sus fórmulas de trabajo, así como posteriormente los facultativos. No hace tanto que ninguna enfermera/o o auxiliar de enfermería, por ejemplo, utilizaba terminales para citar o buscar datos en terminales informáticos. La utilización de la historia digitalizada no tiene marcha atrás. Creo que todos los profesionales están convencidos de ello y que en un tiempo relativamente corto vemos como las historias van quedando registradas digitalmente. Salvo que este proceso sufra un parón imprevisto, estamos cerca de conseguir un sistema sanitario sin papeles. Las peticiones de pruebas diagnósticas vía telemática empiezan a ser una realidad. Ya se ha conseguido la visualización de pruebas radiológicas sin necesidad de imprimirlas lo que ha conllevado a un ahorro de materiales, así como una mejora en el cuidado el medio ambiente.
Todo este proceso, aunque
arduo, va consiguiéndose, con mucho esfuerzo por parte de todos. Han sido
muchas las horas dedicadas a la formación en el uso de nuevos programas, así
como múltiples reuniones de trabajo donde se exponían los inconvenientes y
problemas para ir subsanándolos. La comunicación ha sido imprescindible en este
proceso que continúa su camino hacia la calidad y la excelencia en la atención
sanitaria.
¿No se ha convertido
precisamente esta historia digital en un canal de comunicación entre los
propios profesionales de nuestro sistema sanitario? Está siendo un medio de
interacción entre atención primaria y la atención hospitalizada, imprescindible
para una asistencia de calidad. Por suerte se ha salvado el océano que no hace
tanto separaba a ambos, ahora la historia clínica es compartida. El usuario
mantiene toda la información de sus procesos asistenciales en cualquiera de los
centros a los que asista, igual que los profesionales utilizan este medio para
interaccionar y participar en este proceso.
Me gustaría aprovechar para
lanzar un mensaje positivo en este aspecto pues aunque quedan muchas cosas por
hacer, muchas posibilidades que explotar y muchos aspectos en los que trabajar,
ya no viajamos por carreteras estrechas dentro de la evolución digital, creo
que vamos viajando por buenas carreteras, quizás no hemos llegado a las buenas
autovías pero estamos en su vía de acceso: el usuario empieza a interaccionar en
el sistema a través de sus redes, resolviendo dudas, citas, etc. Esta
interacción además, nos está sirviendo para la detección de necesidades y
fallos para su subsanación.
Este proceso de cambio es largo
y significativo, pero sabemos que las cosas siempre empeoran antes de mejorar
por eso se necesita una gestión responsable de las expectativas y líderes que abanderen
el proyecto. Conseguir que cada uno de los que integramos el sistema se sienta
líder en la parte del proceso, debe ser la meta a conseguir.
“Dar ejemplo no es la principal
manera de influir sobre los demás; es la única manera” (Albert
Einstein).
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