lunes, 29 de julio de 2013

Emoción 2.0 por Fabiola Ojeda

Cuando pensaba que ya tenía un título con el que comenzar el post sobre comunicación 2.0, comprobé, como tantas veces se comprueba en la vida, que la pólvora, ya se había inventado.

Varios textos me mostraron la realidad. Shakespeare se había infiltrado en la web y otros, antes que yo, habían transformado su famoso “ser o no ser” en una cuestión de “estar”. Desde diversos enfoques, subrayaban la importancia de “ESTAR” en las redes sociales.[i]  Al parecer, la empresa de hoy, el profesional de hoy, si quiere ser... ha de estar allí.  Esa es la cuestión.

Así que... ¿O estás en la red, o no eres nadie?  Uf... ¡imaginarlo da vértigo!   Aunque bien pensado, ser Nadie salvó a Ulises de ser devorado por la furia del cíclope; El triunfo de la inteligencia, frente al impulso animal.
Ya se venía planteando la necesidad de “estar” con la conocida frase: “lo que no aparece en los medios no existe”. Y poco se podía hacer -desde según qué lugares- para gozar de esa existencia mediática. ¡El cuarto poder no es accesible a cualquiera!

Afortunadamente los tiempos cambian. El surgimiento de Internet y las redes sociales ha dado un golpe al estado de las cosas, dejando paso al “quinto poder”. Democrático, horizontal y participativo. Surgido del debate informado y del encuentro “directo” entre ciudadanos y ciudadanas se ha convertido en un poder ejercido por la sociedad misma transformando al S. XXI en el siglo en que  la comunicación y la información pertenecerán finalmente a todos los ciudadanos[ii].

¡Ser alguien y tener poder! Dos grandes ambiciones bien ilustradas por el sueño americano. Los movimientos profesionales y ciudadanos que se están produciendo gracias a la comunicación 2.0 ponen de manifiesto que ¡PODEMOS! Eso sí, para conseguirlo hemos de sustituir  la ambicionada manzana de Eva por la de Appel y su sugerente acceso al paraíso virtual.

Y si embargo, en momentos como éste, en los que  reflexiono sobre los contenidos del post mientras me dejo acariciar por la brisa del mar, la comunicación 2.0 pierde su importancia. El tiempo transcurre con calma y como si nada más existiera en el universo, disfruto del sol, el viento y la compañía, sin temor a que el mundo se me vaya de las manos a la velocidad del rayo.

Porque no nos engañemos, estar por estar... no es la cuestión. Hay que estar, a condición de no dejar de moverse. “Las noticias se comparten y multiplican a velocidad de aquí y ahora. No hay tiempo de reaccionar, hay que anticiparse”[iii] Aquí, en el ritmo 2.0, cambia el paradigma “quien se mueva no sale en la foto”. Aquí, quien no sale en la foto es quien se queda parado

El mundo está sometido a procesos de transformación y cambios profundos. Acelerados. No hay tiempo para un verbo que porte las cualidades de lo estático. La red es dinamismo. La velocidad y la capacidad de adaptación a los cambios se imponen en la vida y en las empresas. Renovarse o morir. Esa es la cuestión.

Sin embargo, somos animales de costumbres. Y, como si de una vacuna se tratara, el ser humano parece tener inoculado el MIEDO a lo nuevo. Nos lo recuerda el refranero: “más vale malo conocido que bueno por conocer” El cambio da miedo. ¡Con la bestia[iv] hemos topado!

Nos cuesta cambiar. Nos resistimos al cambio. De ahí la dificultad de muchas empresas para llevar a cabo innovaciones que los profesionales viven como amenazas potenciales y frente a las que no ven otra opción que resistirse. 

¿Alcanzará la inteligencia, como le sucedió a Ulises, para lidiar con esta bestia? O ¿acaso hace falta algo más que razón para enfrentarse a los monstruos producidos por ella?

El miedo es una emoción. Una señal que nos avisa de un peligro y provoca en nosotros respuestas de huida o defensa apoyándose en razones que la razón no entiende. Eliminar la resistencia al cambio requiere minimizar el miedo que éste produce y dotar a las personas de recursos para adaptarse a él. Gestionar las emociones y gestionar el conocimiento son imprescindibles para gestionar el cambio. Y para ello, la comunicación interna es nuestra aliada

Las posibilidades que la web 2.0 brinda a las empresas son inmensas, si bien para aprovecharlas es necesario un cambio de mentalidad hacia organizaciones más abiertas, más transparentes, más colaborativas.  Hacia organizaciones que conversan[v]

Las tecnologías 2.0, mejoran la comunicación, hacen que los mensajes lleguen más lejos, a mayor número de gente y a menor coste. Permiten mantener a las personas permanentemente informadas de los cambios del entorno y prepararlas para adaptarse a ellos“.  Una excelente herramienta para la gestión del cambio a condición de manejar las emociones –negativas y positivas- que todo cambio ha de conllevar.[vi]
Sin embargo -aunque cada vez son más las empresas que comparten su talento, visión, valores y emociones a través de la red- son muchas también las que aún se resisten a incorporarla entre sus estrategias de comunicación.  ¿Por qué?

Acaso la velocidad del mundo 2.0 y la constante renovación de conocimientos que requiere produzcan temor a un ser humano que envejece y a empresas que también envejecen.  La mayoría de los responsables de comunicación tienen poca formación digital y es escasa la inversión que las empresas realizan en estas materias.  Tener además que aprender a manejar las emociones que -en forma de resistencia al cambio- manifiestan los profesionales ha de resultar más vertiginoso aún a aquellas empresas que poniendo el énfasis en la producción y en la marca, olvidan la credibilidad, la autenticidad y la cercanía que es, en realidad, lo que la gente valora, funcionando como potentes virus que se contagian a gran velocidad derribando muros y atravesando fronteras.

Porque en la red como en la vida, lo que se transmite, es la emoción.  Nos lo enseñaron los publicistas, expertos en el manejo de las emociones al servicio de la marca.  Y lo comprobamos día a día, en este nuevo entorno de conversación 2.0 en el que millones de personas, asociaciones de pacientes[vii], los propios sanitarios[viii]… comunican aportando “valor REAL a la práctica diaria, sin marca detrás (…) Y funciona. Su autenticidad hace que su voz sea creíble, cuestión que las agencias de publicidad y algunas empresas hace tiempo perdieron”[ix]  o aún no han logrado.

Esta participación en primera persona, aportando el mensaje emocional propio de lo humano, acaso sea una oportunidad para abrir la puerta a la innovación y la gestión del cambio a través de la Emoción 2.0.




[ii] Ignacio Ramonet: El quinto poder, Le Monde Diplomatique, octubre de 2003.
[iii] Teresa García, Mildred Laya, El DirCom 2.0: como adaptarse a la nueva sociedad digital.

[iv] Virginio Gallardo habla de la resistencia al cambio como la bestia con la que las empresas han de lidiar para poder adaptarse a un mundo cambiante que demanda innovación como respuesta.
[v] Alberto Ortiz de Zárate.  Manual de uso del blog en la empresa.. Cómo prosperar en la sociedad de la conversación
[vi] Virginio Gallardo comenta la importancia de trabajar el miedo y aportar emociones positivas a través de la visión de lo que el cambio va a suponer de mejora. 

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