jueves, 26 de julio de 2012

EL PRIMER RETO DEL DIRCOM 2.0: Lograr a priori la máxima consideración de la organización corporativa/empresarial

25 de Julio de 2012/
Aunque debería ser algo obvio, muchas veces ocurre que el director de comunicación (Dircom 2.0) no está adecuadamente posicionado en el organigrama de las organizaciones. Incluso, estando bien ubicado, en ocasiones resulta que sus funciones profesionales no son contempladas por los superiores con la debida consideración. Ciertas experiencias ponen de manifiesto que, a priori, no todo consiste en ganarse el puesto de Dircom 2.0 en las entidades. Dadas las singulares circunstancias que rodean a tan importante profesional, quizás sea más importante desde un primer momento pretender de las cúpulas directivas la confianza oportuna y sentar las bases imprescindibles para llevar a cabo sus trascendentales funciones. 

Ante el artículo titulado “El Dircom 2.0: Cómo adaptarse a la nueva Sociedad Digital”, de Teresa García Cisneros (Ketchum SEIS) y Mildred Laya Azuaje (Oracle Ibérica), a priori y de manera básica entiendo que la importancia/relevancia de un Dircom 2.0 en la gestión corporativa/empresarial va a depender del grado de sensibilidad y de utilidad que las entidades en cuestión tengan sobre la trascendencia de sus funciones.

Por principio, las organizaciones deberían otorgarle al Dircom un papel sumamente preponderante en la aplicación de las estrategias que lleven a cabo, siempre teniendo en cuenta los niveles de confianza, de responsabilidad y de capacidad de medios técnicos y humanos que les sean conferidos.

Todavía en muchas empresas u organizaciones la figura del Dircom 2.0 no es contemplada o tenida en cuenta como algo fundamental para el adecuado hacer corporativo. A veces, dependerá del propio profesional responsable al efecto demostrar ante los superiores de turno su trascendental labor para así generar la debida sensibilidad al respecto y, por consiguiente, garantizar su labor de cara al logro de los objetivos proyectados.

Por tanto, yo añadiría al interesante decálogo del artículo en cuestión sobre las habilidades y las características que ha de poseer un buen Dircom 2.0 el hecho/circunstancia fundamental de que éste sepa “venderse” o hacerse valer internamente de la mejor manera posible. De tal modo podrá evidenciar su imprescindible función en la gestión de la entidad correspondiente, hecho éste que en demasiadas ocasiones no suele ser reconocido.

Estar a la última de cuanto se genera en el universo de la nueva Sociedad Digital ha de ser, sin lugar a dudas, todo lo necesario y preciso que queramos argumentar. Sin embargo, si los jefes no logran estar en la sintonía y en la complicidad de los retos comunicativos internos y externos del Dircom, entonces no sólo será malo para nosotros como profesionales de la comunicación, si no también será negativo para la propia organización corporativa/empresarial.

Por FRANCISCO GARCIA MUÑOZ / Fuente imagen: Fotolia

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